domingo, 28 de agosto de 2016

"Verónika decide morir" por Dander Moises Abanto Loayza


Una de las obras que marcó mi vida fue “Verónika decide morir” del escritor Paulo Coelho, una obra que nos enseña que la vida  tiene un propósito y una meta, y depende de cada uno de nosotros descubrirla. De aquella obra les hablaré en estas breves líneas.

Verónika es una joven que lo tenía todo. Ese “todo” implica dinero, familia, una buena educación, visita a los lugares de moda, salir con chicos atractivos. Ella es querida por su familia; más no es feliz. Algo falta en su vida. Dentro de ella, en alguna parte de su pequeño mundo, había algo que estaba incompleto, sentía que la vida no tenía sentido, se dio cuenta que su vida era monótona; por eso una mañana triste y fría del 11 de noviembre de 1997 decide quitarse la vida.

Pero para sorpresa de muchos fracasa en su intento de suicidio y tras pasar dos semanas en terapia intensiva, su familia con un gran dolor decide internarla en un hospital psiquiátrico. En este centro el psiquiatra le comunica que debido a su fatal intento de muerte, Verónika quedó con problemas cardiacos y también les comunica que le quedan pocos días de vida. Es entonces cuando ella empieza a valorar cada segundo de su vida, aprende nuevas cosas, conoce amigos, hasta sin pensarlo ni imaginarlo se termina enamorando.

Verónika descubre sentimientos que jamás había experimentado  como el amor, el odio, la alegría, la tristeza y empieza a valorar cada segundo que  le queda de existencia, pero siempre que estaba con él temían que muy pronto se le acercaba el momento en que tenía que partir y lo que le dolía mas era que no sabía la hora ni la fecha, pero siempre trataba  de vivir como si fuera su último día de vida disfrutando de la compañía de esos maravillosos “seres celestiales” como ella los llamaba a los que conoció en el hospital psiquiátrico.

Pasó el tiempo pero nunca llegaba el día en que tenía que partir, pasaron días, semanas, meses, años y nunca llegó el temido día; pero ella siguió valorando la vida y vivió como si fuera el último día de su vida. Nunca llegó su muerte pero a ella no le preocupaba por que sabía que iba llegar en cualquier momento. Ella siempre decía “para morir hay que vivir lo suficiente”.

El sentido de vivir esta dentro de ti. Pregúntate a ti mismo porqué estás aquí en este camino llamado vida. Pregúntate por qué tú aun no has muerto. Pregúntate si hay algo preparado para ti y por esa razón aprovecha cada instante que vives, sonríe y sé feliz.

0 comentarios:

Publicar un comentario