jueves, 29 de septiembre de 2016

Las aventuras de Juan Osito: El invencible. Parte 2: Origen del personaje (II)

…continuamos… 

Pero nunca es tarde. Esperaron un día, y aquel día llegó. El padre oso salió al campo dejando a la mujer y su hijo encerrados en la cueva, y desde adentro escucharon cómo la bestia se alejaba. Se oyeron unos truenos que anunciaban una pronta tormenta. Mejor así pensaron ambos.

 -¡Juanito! ¡Trata de abrir la puerta, mientras tu padre está en el campo! Debemos escapar de este lugar para ir a nuestro pueblo-dijo la madre un tanto desesperada.

-¡lo intentaré madre, lo haré! Respondió el muchacho mientras se acercaba a la piedra intentando mecerla. Probó una y otra vez hasta que sintió que la piedra ya se desquiciaba.

 -¡No te detengas, te ayudaré hacerlo! Reiteró doña Remigia.


-¡No madre, no es necesario, ya se está moviendo, pronto lo habré logrado! Y tensando sus fuertes músculos, dejando descansar el pie derecho contra una piedra sembrada en el piso sacó todas sus fuerzas, y empujando con el hombro de ese mismo lado sintió por fin que la enorme mole se iba desplazando para dejar entrar poco a poco una fuerte luz que provenía de allá afuera, que la madre dejó de ver por muchos años.

-¡Ya madre, se abrió! ¡Por fin libres!, bajemos rápido antes que venga mi padre-dijo Juan Osito, mientras la lluvia entre truenos y relámpagos no les dejaba escuchar el fuerte palpitar de sus corazones y sus rápidos movimientos para abandonar la guarida.

El padre oso, que en esos precisos momentos se acercaba, como a cincuenta metros de distancia, distinguió que la pareja estaba abandonando la cueva y botando la leña que traía en sus lomos apresuró su paso para impedir la fuga…corrió pesadamente…quiso trepar por un acceso más rápido, y pensando hacerlo cayó, entretanto se reponía, la pareja ya estaba caminando a la libertad.

Bajaron por el acantilado y caminando de prisa se dirigieron hacia su pueblo, la Jalca Grande. Tras larga caminata, escondiéndose en la frondosidad del bosque, venciendo la torrencial lluvia de ese día, iban aproximándose a su lar nativo. A lo lejos, desde el cerro donde se ubica la capilla de San Roque, los moradores vieron cómo una mujer y un extraño joven, a paso ligero, se aproximaban al poblado, y tras de ellos un enorme oso ya casi les alcanzaba.

-¡Pronto, traigamos piedras y palos, nuestro puñales, nuestras herramientas para matar a la bestia, sino les dará muerte a ellos! Dijeron.

Y así lo hicieron, pronto se reunió una gran cantidad de vecinos y se enfrentaron al corpulento y desenfrenado animal. Sintiéndose acorralado el padre oso subió a uno de los árboles y en su intento de escapar su pata trasera se incrustó en una de las ramas secas, lo que le impidió avanzar, momento en que aprovecharon los cazadores para darle muerte.

Cobijaron a la pareja. Ellos contaron todo lo acontecido, y vieron al joven muchacho, de facciones híbridas, que procedía de su padre animal y su madre una auténtica mujer.

(Copiado tal cual del libro: “Amazonas. Relatos de mi pueblo”- 2004)

4 comentarios:

  1. Es una historia que refleja un problema social que se ve día a día. Tratar de retener a alguien sin su consentimiento es un delito que es penado. El final muestra que la justicia tarda pero llega, claro que no fue la correcta, no se debió matar al pobre oso.

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    1. Si fue o en algunas partes sigue siendo un problema muy grave a causa del machismo.
      Y aunque estuvo pésimo matar al "pobre oso" a mi parecer no había de otra forma ya que este era un animal sin escrúpulos que daría muerte a su hijo y a la madre de este.

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  2. es una historia muy interesante ... Me doy cuenta de la riqueza que encontramos en nuestra literatura

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